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La leyenda de Menulis

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ClauCabyClausy's avatar
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"Hace mucho, mucho tiempo; las noches de este mundo estaban obscurecidas pues aún no nacía la luna. Las estrellas brillaban distantes e insuficientes en el cielo y era las criaturas salvajes quienes predominaban en la tierra. Libres y poderosas las manadas de grandes bestias recorrían los parajes silvestres.

La manada de lobos huargo más poderosa que habitaba en Dacora se detuvo en una ocasión a contemplar el cielo nocturno; presentían que algo faltaba y que la noche no estaba completa sin ese algo. Comenzaron entonces a aullar, cada noche sus lúgubres cantos llenaron la tierra hasta que sus llamados fueron atendidos.

Al término de un mes, al caer el sol, nació ese algo entre las estrellas. Pareció surgir del horizonte como lo haría el astro rey; grande, redonda, no tan brillante, pero si más cercana... la primer luna llena del mundo iluminó los oscuros paisajes aquella noche. A partir de entonces el astro menor siguió apareciendo cuando las manadas se unían para llamarlo, y la luz que emanaba los llenaba de fuerza.

En aquellos tiempos, el líder de aquella gran manada, un enorme  huargo gris, se enamoró de la lejana y pálida belleza luna. Todas las noches subía a la cima de la montaña más alta, en ese lugar cantaba su amor a la luna. Sus solitarios aullidos resonaban por todas partes, pero no parecían llegar hasta la resplandeciente e indiferente luna.

El lobo siguió llamando por su cuenta hasta que, después de proclamar tan devotamente sus sentimientos, la luna apareció frente a él. Tenía la forma de una mujer de cabello, piel y ojos tan blancos que parecía resplandecer.
-Mi nombre es Menulis.-Dijo la doncella blanca y a partir de esa noche habitó en la tierra a lado del lobo gris.

Después de consumar su amor con el lobo, Menulis dio a luz a cinco hijos que tenían la habilidad de tomar la forma bestial de su padre, o la forma humanizanda de su madre a voluntad. Su destino sería dividirse y viajar, avanzar como lobos conquistando los bosques, las montañas, los campos, todo lugar que les proveyera de refugio y alimento. Sería los padres de la nueva raza, la raza de los licántropos.

Los días siguieron pasando y las manadas comenzaron de nuevo a llamar a la luna, quería verla en el cielo de nuevo. Los ruegos del huargo gris no sirvieron, Menulis llegó a este mundo para iluminar y dar fuerza a las criaturas de la noche, tenía que volver a donde pertenecía.

-De ahora en adelante me quedare en el cielo aunque no me llamen, vigilaré y protegeré a mis hijos... -dijo Menulis al comenzar a elevarse.- Subiré de regreso para todos, pero te veré solo a ti desde el arriba y prometo que estaré siempre a tu lado...

La luna volvió al manto nocturno. Brilló llena al principio y noche tras noche comenzó a menguar, pero el lobo gris no se entristeció, creía en las promesas de Menulis que afirmó regresaría encarnada en uno de sus descendientes. Para honrar a su progenitora y alegrar a su padre, sus hijos tomaron la forma de su madre la mayor parte del tiempo y se convertían en lobos cuando la luna estaba llena.‏

Como era su destino, los cuatro hijos de Menulis dejaron a su padre al crecer y tomaron territorio en cada punto cardinal. Pero su única hija se quedó a lado de su padre convirtiéndose en su alegría pues siendo blanca como la nieve era la viva imagen de su madre.

Padre e hija se establecieron entre las montaña y el bosque en lo que ahora se conoce como Goldara, él se pasaba las noches en el campo para que su amada pudiera encontrarlo fácilmente. La querida hija consiguió una pareja y antes de que el huargo gris muriera de vejes pudo ver la ultima promesa de Menulis realizada.

La hija dio a luz a su primogénita, todos supieron al verla que la Diosa lunar encarnó en ella. Sus ojos se habían tornado verdes por tanto mirar el campo en busca de su amado y varios mechones de su cabello se tornaron grises como homenaje a la unión que tuvieron en su primera visita a la tierra. Vivió entre los suyos y murió con el tiempo, pero siempre mantuvo la promesa de seguir volviendo para cuidar de su raza.

En diferentes generaciones Menulis ha resurgido en la misma familia y siempre trae con ella, salud, prosperidad y alegría a quienes le... rodean..."


Sejmet cerró el libro de ilustraciones y lo dejó a un lado, extendió los brazos invitando a Mir y Adari a resguardarse a sus costados pues la pequeña fogata que encendieron al fondo de aquella cueva era insuficiente para darles el calor que necesitaban en esa helada noche. Los chicos aceptaron gustos el ofrecimiento acurrucándose contra ella. Temblaban no solo de frío si no de miedo. Kedne los había dejado atrás cuando la enfermedad de su pequeño empeoro. El padre de Sejmet apenas podía ponerse en pie, pero salió a buscarles comida varias horas atrás y no regresaba, por eso la pequeña comenzó a leerles el cuento esperando que el tiempo corriera de forma menos lenta y angustiosa.

- Se dice que la buena fortuna acompaña a la reencarnación de Menulis, incluso en los momentos más terribles sale siempre avante junto con sus allegados, así que no deben tener miedo.-Continuó hablando la pequeña licántropo en un intento de tranquilizar a los chicos.
-¿Y por qué no deberíamos tener miedo? es solo un tonto cuento ¿Eso que tiene que ver?-preguntó Adari con poco animo.
-¿No te das cuenta tonta? Menulis reencarna siempre en la misma familia de Dacora, en la familia Nehuén...
-Tus papás vienen de allí... y tu piel es muy blanca... y  tu cabello... y tus ojos, y, y... -Mir abrió los ojos sorprendido mientras miraba a la lobita.- Además tu mamá se llamaba Keira Nehuén... ¿Entonces tu eres...?
-¡No es cierto!- interrumpió Adari.- Si eres la encarnación de Menulis ¿por qué acabaste secuestrada por los vendedores de esclavos? ¿por qué estamos aquí muriendo desvalidos? si tienes la fortuna contigo ¿por qué tu padre está muerto allá afuera?
-¡Mi padre no está muerto! Seguro consiguió tanta comida que le está costando traerla de regreso, no estamos desvalidos el volverá y nos tenemos unos a otros.- Le aclaró furiosa.- Fui secuestrada para salvarlos a ustedes, ¡Te digo que yo soy Menulis y si confían en mí todo va a salir bien!
-¡Yo sí confío!-Exclamó Mir tirándose a los pies de Sejmet.- Eres mi ama.
-¡No soy tu ama! -Sejmet le pisó la cabeza molesta. -Ya te dije que soy su mamá.
-¡Que no eres mi mamá! -gruñó Adri.
-¡Prakeimas Adari! a ti te dije que soy tu hermana.-Quitó el pie de la cabeza Mir para úsalo contra la pelinegra y tirarla al piso.

La silueta de un enorme sujeto abandonó la obscuridad y se acercó a ellos sin molestarse en guardar sigilo. Los chicos en el suelo se arrastraron tras Sejmet quien apretó los dientes y cerró los puños alzándolos sin moverse de su sitio, dispuesta a dar pelea.

-Aunque la leyenda de la encarnación de Menulis no es tan popular aquí en visara, ella es reconocida como la Diosa de los licántropos... se supone que ella les da poder a todos sus hijos.  -dijo el recién llegado con una voz tan profunda que la pequeña tragó saliva intimidada. - No deberías maldecir mi pequeña divinidad.    
-¿Quién eres y qué quieres? -interrogó la licántropo cuando el desconocido planto una rodilla en el piso estando frente a ella.
-Soy su sirvo mi pequeña diosa licántropo, fui enviado desde Uzkariavo para asegurar su bienestar...    

   
*

Sejmet se puso en pie sorprendiendo a Mir. El sastre detuvo la lectura del libro de cuentos de la Diosa Menulis, al ver que la chica se enfilaba hacia la puerta.

-Pensé que te gustaba esta historia...-Dijo el sastre sin entender por qué se iba la guardiana.
-Me hiciste recordar y descubrí algo importante. -dijo Sejmet antes de abrir la puerta.
-¿Qué cosa?
-No fue un licántropo el que nos ayudó a nosotros y a mi padre cuando estábamos en camino a Faber.
-¿La vez de la cueva en las montañas?... si no fue un licántropo de Uzkariavo ¿quién pudo ser?
- Nathaniel... el me reconoció desde la primera vez que nos vimos, pero no lo reconocí porque en mi mente solo había otro licántropo.
-¿Entonces?
-Es una de las personas a las que le debemos la vida, debo pagarle ese favor.
-¿No dijiste que iba a luchar una guerra personal?
-Pues iré a ayudarle.

Mir dejó de hacer preguntas y la licántropo dejó la sastrería sin decir más. Un mal presentimiento invadió  al sastre y decidió vigilar la plaza. Si alguno de los amigos de la guardiana se aparecía él estaría listo para pedirles que fueran a ayudarla.
En realidad esta historia esta planeada para ser un cuento con ilustraciones y paginas de comic, no un relato como tal, lo subo así porque es un momento introductorio a la historia de Nathaniel y me lo pidieron,  espero que se entienda. 
© 2014 - 2024 ClauCabyClausy
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Kastarnia's avatar
Ayyyyyyyyy.... ya comienza el dramaaa! chan chaan chaaaan!